De estilo renacentista moderno, este precioso edificio que preside los jardines de Alderdi Eder (que significa lugar hermoso en euskera) no siempre ha sido el consistorio de la ciudad. El lugar que ocupa fue un campo de maniobras del ejército, que más tarde pasó a parque recreativo y de ahí…a… espera… cierra por un momento los ojos… e imagina un salón… donde suenan…
Valses, rigodones y foxtrot se suceden en un ambiente donde se mueve la realeza, la aristocracia y las grandes fortunas. Por sus salones corre el champagne y lujosos cotillones.
A lo mejor el Sha de Persia preguntó alguna vez por el nombre de esa isla que protege la ciudad... Si las paredes de esta casa hablaran, contarían que han sido testigos de cómo damas elegantes y vampiresas fumaban largos cigarrillos turcos, que han visto maharajás de leyenda, actrices míticas como Raquel Meller, Pastora Imperio …por no hablar de la famosa espía Mata Hari. Cuenta la historia que una misión recibida entre la ruleta y el bacarrat de este edificio, fue la que la condujo a su detención y posterior fusilamiento en el parisino bosque de Vincennes.
Y es que este edificio, construido según los planos de Adolfo Morales de los Ríos y Luis Aladrén, fue concebido como un casino, inaugurado el 1 de julio del año 1887, como uno de los mejores de Europa.
Y nos sigue contando la historia, que el templo de Nuestra Señora de la Ruleta, como le llamaban algunos donostiarras, fue nido del espionaje anglófono y germanófilo durante la primera guerra mundial, punto de encuentro de presidentes de gobierno, embajadores y políticos de todas las tendencias ideológicas y, para la ciudad, una permanente fuente de ingresos que permitió la construcción de muchas otras obras culturales, benéficas y urbanísticas.
Pero lo que es el destino… Resulta que el juego quedó prohibido con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera en 1923, y para San Sebastián significó el comienzo de una crisis económica que tardaría varias décadas en ser superada.
Así, el edificio pasó a convertirse en Hospital de Sangre para los heridos que procedían de la guerra en Marruecos. Posteriormente, entre los años 1928 y 1936, fue explotado por el Ayuntamiento para la celebración de actividades festivas, teatrales y musicales y por fin, el 20 de enero de 1947, cumplido el plazo del arrendamiento por 60 años concedido a la Sociedad del Gran Casino, la Corporación Municipal tomó posesión del edificio, adaptándolo para Casa Consistorial, destino que mantiene en la actualidad.