El gran terremoto de Lisboa de 1755 es el mayor responsable de que en Huelva queden muy pocas cosas verdaderamente antiguas. Es algo que se nota sobre todo en las iglesias, porque la ciudad solo tiene cinco edificios religiosos de importancia anteriores a la catástrofe.
Son la catedral de la Merced, la iglesia de San Pedro, la ermita de la Soledad, el santuario de Nuestra Señora de la Cinta y la iglesia de la Concepción.
Empezaremos por la Catedral de la Merced, que se levantó en 1605. Bastante tarde si tenemos en cuenta que lo habitual en Andalucía era ir construyendo templos a medida que avanzaba la Reconquista, o sea, entre los siglos XIII y XIV. Su fecha de nacimiento se nota en el aspecto de la fachada, que de todas formas ha ido modificándose con el tiempo y los terremotos. Y decimos terremotos, en plural, porque hasta tres han afectado al edificio a lo largo de su historia.
Tras el peor de todos, el de Lisboa, se reconstruyó buena parte del templo, y quedó una opulenta construcción barroca que tuvo que esperar al siglo XX para convertirse en catedral. En su interior puedes ver la famosa imagen de la Virgen de la Cinta tallada por Juan Martínez Montañés.
Pero el caso es que la catedral no es la iglesia más antigua de Huelva. Ese honor corresponde a la de San Pedro, que se levantó sobre una mezquita árabe, y bien que se nota. A pesar de los daños provocados por el dichoso seísmo y de las obras que vinieron a continuación, los elementos mudéjares siguen presentes en el templo y se mezclan con el barroco para componer una estampa inconfundible.
La Ermita de la Soledad, por su parte, no solo sirvió para el culto. También hizo de centro de enseñanza y entre sus muros se impartieron lengua y gramática allá por el siglo XVII; además ha servido de hospital, de asilo y hasta de local de ensayo para una banda de música.
El Santuario de Nuestra Señora de la Cinta, que data del siglo XV, es otro edificio religioso al que puedes echar un vistazo tanto si tienes arrebatos de fé, como si no. Y es que estás en el lugar al que se vino Cristóbal Colón, nada más llegar de su aventurita, para encender una vela en agradecimiento por haberse librado de la gran tormenta que tuvo que sortear en su viaje de vuelta.
Para terminar, puedes acercarte a la calle Méndez Núñez y ver la iglesia de la Concepción. Esta es de 1515 y aparte del cataclismo de 1755, le tocó sufrir destrozos varios en la Guerra Civil. Como ves, esta es una verdadera lista de supervivientes...