La de la Feria de Abril es una historia curiosa ya desde su inicio. Y es que resulta que la fiesta de las fiestas andaluzas fue iniciada por un catalán y un vasco, ambos empresarios, que propusieron a las autoridades celebrar una feria ganadera y agrícola hace más de siglo y medio.
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La de la Feria de Abril es una historia curiosa ya desde su inicio. Y es que resulta que la fiesta de las fiestas andaluzas fue iniciada por un catalán y un vasco, ambos empresarios, que propusieron a las autoridades celebrar una feria ganadera y agrícola hace más de siglo y medio.
El evento tuvo mucho éxito, pero pronto los comerciantes sevillanos empezaron a quejarse de que era difícil hacer tratos porque la gente, mayormente, iba al recinto a cantar y bailar. Pero con quejas o sin ellas, el caso es que en la Feria empezó a tener mayor peso la fiesta que el mercado, y los puestos de comida y diversión fueron ocupando más y más espacio hasta convertirse en lo realmente importante.
Las primitivas casetas para el ganado son hoy espacios cuidadísimos y muy decorados que, entre los privados y los públicos, sobrepasan el millar. Y la cantidad de personas que pasa por la feria ronda, agárrate, el medio millón diario.
Entre los trajes de flamenca, los tablaos por doquier, la comida, las sevillanas, los toros de la Maestranza y los carruajes que van y vienen por el Real de la feria, la que aquí se monta durante esa semana de primavera es verdaderamente mundial. Y aún habría que añadir lo que llaman Calle del Infierno, un gigantesco parque de atracciones que se instala coincidiendo con la celebración.
Fíjate si será grande y popular la fiesta que a la realeza de varias épocas no le ha quedado otra que venir a visitarla, desde Isabel II hasta Juan Carlos I. Incluso Grace Kelly y Jacqueline Kennedy se pasearon entre sus farolillos. ¿Y tú? ¿Te vas animando?