En Sevilla suele llover poco y eso siempre anima a andar. Y andando, andando, llegarás al famoso e inspirador Parque de María Luisa, sobre el que tenemos algunas cosas que contarte. Verás…
Esas cosas podrían empezar por su nombre, porque la María Luisa en cuestión no fue otra que la hija pequeña de Fernando VII, y por tanto, hermana de la reina Isabel II. Resulta que la mujer se fue a casar con el duque de Montpensier, francés y también hijo de rey, quien siempre pensó que con un par de carambolas quizá pudiera echarle el guante al trono español.
La pareja acabó instalándose en Sevilla en 1848 y comprando el Palacio de San Telmo, una chabola sencillita, como residencia particular. Pero para concentrarse en sus pensamientos, intrigas y manejos, el duque necesitaba alrededor unos jardines como Dios manda, así que se compraron también los terrenos circundantes y llamaron a un francés muy puesto en el tema que se encargó de diseñar algo bonito.
Poco después de morir el duque, María Luisa donaría a la ciudad buena parte de los jardines en cuestión, y es justamente por eso que hoy llevan su nombre.
Entre otras muchísimas cosas, en el parque darás con la Glorieta de Bécquer, tan romántica como corresponde al homenajeado. El pobre Gustavo Adolfo se pasó la vida enamorándose y desenamorándose, y entre eso y las enfermedades duró más bien poco, pero al menos consiguió fama póstuma. No le ocurrió lo mismo a su hermano Valeriano, un destacado pintor, ni a su padre, que allá por 1830 había sido uno de los primeros ilustradores de guías turísticas de Sevilla.
Por cierto, si te interesa el atormentado y romántico Gustavo también puedes acercarte hasta el Convento de Santa Inés, donde situó la historia de su Maese Pérez, el organista. Ya sabes, el que tocó su pieza más famosa después de muerto.
Pero nuestro fantasioso Parque de María Luisa no se acaba en el siglo XIX y sus modas románticas. En un salto te puedes plantar, incluso, en el planeta Naboo del universo Star Wars. Lo que oyes. Hablamos de la Plaza de España, un conjunto arquitectónico integrado en los jardines y proyectado para la Exposición Iberoamericana de 1929. La idea era que recogiese la esencia de España y de todas sus variopintas regiones. Años después, y con unos poquitos retoques digitales, también acabó sirviendo como sede a la reina Amidala. Ya sabes… la madre de Luke Skywalker y la princesa Leia.
Ya ves que cosas pasan en Sevilla…